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Una revisión sobre las fases del desarrollo del juego (II)

Continuamos hoy la publicación de la semana pasada (si quieres leerla pincha aquí) sobre las diferentes perspectivas y clasificaciones sobre el juego, por varios autores y autoras de referencia.

Fern Sussman

En el libro “More than words” del Programa Hanen (si quieres saber más pincha aquí) establecen diferentes etapas de juego en el desarrollo de los niños y niñas con autismo partiendo de la pregunta ¿Cómo usa tu hijo los juguetes? Las respuestas son las siguientes.

No los usa

Puede que el niño o la niña no use los juguetes sino que le gusta más explorarlos: por ejemplo mordiéndolos o frotándolos contra su cara.


Juego no convencional

Puede  que el niño o niña no use los juguetes de la forma que cabría esperarse. Por ejemplo, es posible que alinee coches en vez de moverlos o golpear sus bloques de construcciones en vez de hacer una torre. El juego no convencional suele poder explicarse por las preferencias sensoriales del niño o la niña –puede que le guste la forma que adoptan los trenes o los sonidos de los bloques chocándose–.

Juego funcional

El niño o la niña puede usar los juguetes de forma “correcta”. Colocar una ficha en un tablero, meter arena en un cube o encajar una pieza de puzle son todos ejemplos de juego adecuado o funcional. El juego funcional puede ir desde etapas iniciales donde se extraen objetos de una caja o realizar una acción sobre un juguete moviendo una palanca hasta ampliar el número de acciones con un mayor número de juguetes.

Juego constructivo

El niño o niña utiliza materiales para crear algo. Por ejemplo torres de bloques o pinturas para hacer un dibujo. El juego constructivo es diferente al funcional porque requiere planificación previa y trabajar para conseguir una meta.

Juego simbólico o imaginario

En el juego simbólico, el niño o niña hace como si fuese o hiciese algo imaginario. Puede beber de una taza vacía o se ponga a cuatro patas imitando a un caballo. Este tipo de juego está relacionado con el lenguaje, porque tanto las palabras como las acciones imaginarias simbolizan o representan algo real. Algunos niños y niñas desarrollan el juego imaginario espontáneamente; a otros muchos se les puede enseñar a simular. Este tipo de juego ayuda al niño o la niña a desarrollar su imaginación, a entender cómo se sienten los demás, a aprender a resolver problemas y a realizar ejercicios de comunicación.

La evolución del juego simbólico o de ficción partiría del llamado  “juego de ficción con uno mismo” en el que es posible que el niño o niña haga que bebe de un vaso vacío o se lleve un teléfono de juguete a la cabeza. Posteriormente es posible que el niño o niña lleve a cabo una acción imaginaria sobre juguetes u otras personas, copiando algo que haya visto hacer (hacer que guisa en un cazo o darle de beber a un osito de peluche de su taza). Más adelante puede que lleve a cabo una serie de cortas acciones imaginarias, copiando experiencias de la vida diaria o escenas que haya visto en televisión (dar de comer a una muñeca, luego de beber y después meterla en la cama). En la etapa final de este tipo de juego, el niño o niña puede inventarse historias de su imaginación y representarlas, a veces fingiendo que es otra persona. Esta fase final es difícil de alcanzar porque se basa en la adquisición avanzada del lenguaje y en la capacidad de planificar y de llevar a cabo muchas acciones imaginarias.

Juego de reglas

Son juegos como el escondite o los juegos de mesa. En estos juegos, es necesario que los jugadores sepan turnarse y que hagan diferentes cosas para que el juego progrese. Al contrario que en la mayoría de los juegos, en éstos no se puede improvisar sobre la marcha, sino que se tiene que jugar siempre de la misma manera. Por ello muchos niños y niñas con autismo disfrutan de estos juegos  ya que una vez que aprenden, saben exactamente lo que tienen que hacer cada vez que juegan.

Sally Rogers y Geraldine Dawson

Dentro del Early Start Denver Model (si quieres saber más sobre él puedes pinchar aquí), también existe una manera propia de enfocar el desarrollo del juego. Para sus autoras enseñar las habilidades de juego es en realidad una forma de “enseñar la imitación con objetos” por lo que abordan el mismo partiendo de la premisa del aprendizaje de unas habilidades básicas de imitación.

Juego sensoriomotor espontáneo

Para enseñar este tipo de juego siguen los procedimientos descritos en su modelo para la imitación de acciones con objetos. El objetivo de este juego consiste en conseguir que el niño o niña comience el patrón de acción mientras que en la imitación con objetos, el objetivo es simplemente la propia imitación.

Juego funcional

Una acción de juego funcional implica utilizar un objeto en una forma socialmente convencional. Se trata de un paso importante para el desarrollo del juego, ya que significa que el niño o la niña ha aprendido determinadas acciones al observar a otras personas, a partir de experiencias propias con otras personas (como que sus padres le cepillen el pelo). Así, en el juego funcional, el niño o niña lleva a cabo en sus usos sociales  de un juguete u otro objeto, en vez de realizar acciones basadas más bien en percepciones (como por ejemplo tocar con los dedos las púas de un peine). El objeto tiene ahora un significado culturalmente definido para él o ella, en contraposición con un significado basado en la percepción.

En el manual del Modelo Denver se pone como por ejemplo un pañuelo de papel. Para un niño o niña pequeña, el atributo perceptivo más interesante de un pañuelo de papel puede ser que se rompe fácilmente o que cuando se saca uno de la caja detrás sale otro que también se puede sacar. Por lo tanto, cuando un niño saca un pañuelo de papel de la caja y se lo lleva a la nariz, en vez de hacer esas otras acciones más basadas en la percepción, estamos viéndolo representar una convención social con el pañuelo, lo que ilustra la definición de juego funcional (Ungerer y Sigman, 1981).

Juego en paralelo

El juego en paralelo es un tipo de juego con compañeros que sucede frecuentemente entre los niños y niñas más pequeños. Esencialmente, consiste en dos niños, cada uno de los cuales tiene unos materiales similares y que juegan haciendo acciones similares en paralelo (Parten, 1993). Una vez que el niño ha desarrollado una base en la imitación de acciones familiares, acciones nuevas y acciones, tal y como plantea este modelo, dicha base le sirve para aprender a realizar juego en paralelo con la persona adulta.

Juego simbólico

El juego simbólico implica el desarrollo de los aspectos más representativos del juego convencional (McCune-Nicholich, 1977). Este modelo se centra en tres clases de esquemas de juego simbólico (McCune-Nicholich, 1977):

*Usar muñecas y animales como agentes.

*Hacer sustituciones simbólicas en las que un objeto se utiliza como si fuera otra cosa.

*Hacer combinaciones simbólicas en las que el juego contiene diversas acciones simbólicas diferentes unidas secuencialmente de forma significativa, es decir que representan un tema de la vida diaria.

Juego de roles

Desde el enfoque del Modelo Denver, se trataría de una especie de “guiones de juego simbólico” que constarían de varios pasos en su preparación como el desarrollo de un guión de juego, la creación de un guión gráfico, la representación de los personajes o la utilización de una representación como puente hacia nuevas experiencias (una fiesta de cumpleaños por ejemplo).

Uno de los ejemplos que recoge este manual sería guionizar una visita a una hamburguesería en la que se realizarían los siguientes pasos: entrar por la puesta, esperar la fila detrás de otras de las personas, pedir comida o hacer el pedido en el mostrador, darle dinero a la persona del mostrador, recibir la comida que la persona nos da la persona que está en el mostrador, llevar la comida hasta una mesa y sentarnos, abrir la comida y comerla, ponernos de pie y vaciar la bandeja en la basura y marcharnos. Cada una de esas acciones se compone del aprendizaje de varias palabras, el uso de unos cuantos objetos y la comunicación con otra persona.


Ángel Riviére

Para finalizar, lo haremos con una clasificación imprescindible. En el libro “El tratamiento del autismo: nuevas perspectivas”, Ángel Riviére presentó el esencial “Inventario de Espectro Autista (IDEA) que en su dimensión dedicada a la simbolización, recoge los trastornos cualitativos de la ficción y la imaginación, estableciendo así cuatro niveles de juego que pasamos a relatar.

Nivel 1

Ausencia completa de actividades que sugieran juego funcional o simbólico, así como cualquier clase de expresiones de competencias de ficción.

Nivel 2

Presencia de juegos funcionales (que no implican sustitución de objetos o invención de propiedades) consistentes en aplicar a objetos funcionales convencionales, de forma simple (por ejemplo, hacer rodar un cochecito o llevar una cucharita a la boca). Los juegos funcionales tienden a ser estereotipados, limitados en contenidos o poco flexibles y poco espontáneos. Frecuentemente se suscitan “desde fuera”. No hay juego simbólico.

Nivel 3

Juego simbólico “evocado”, y rara vez por iniciativa propia. La persona en este nivel puede tener algunas capacidades incipientes de “juego argumental”, o de inserción de personajes de juego (por ejemplo, empleando figuritas de juguete, a las que monta en un camión), pero el juego tiende a ser producido desde fuera más que espontáneo,  y muy escasamente flexible y elaborado en comparación con la edad. Frecuentemente es muy obsesivo (el niño tiene que llevar a todas partes sus figuras, muñecos etc.). Puede haber dificultades muy importantes para diferenciar ficción y realidad (no es infrecuente que los niños o adolescentes en este nivel “no puedan ver películas” violentas en la TV, porque responden como si fueran situaciones reales).

Nivel 4


Capacidades complejas de ficción. La persona con Espectro Autista en este nivel puede crear ficciones elaboradas, pero tienden a ser poco flexibles, muy centradas en torno a un personaje, por ejemplo. Hay dificultades sutiles para diferenciar ficción y realidad y las ficciones tienden a emplearse como recursos para aislarse. En algunos casos, la persona se “sumerge” excesivamente en sus propias ficciones y se aísla de ellas.


Hasta aquí la revisión sobre las fases del juego desde las propuestas de algunos de los autores y autoras de referencia en la investigación psicoeducativa sobre el autismo. Espero que os sea útil y que os haya gustado.

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